Situada a
pie de las Montañas Sudete, Wroclaw es una de las ciudades más antiguas y
hermosas de Polonia. Testigo y superviviente a mil y una invasiones durante la
II Guerra Mundial, la ciudad cuenta con una tormentosa e interesante historia,
en la que se han entrelazado influencias alemanas, austriacas y checas. Su
excepcional arquitectura, así como los numerosos festivales y la exuberante vida
nocturna, hacen de Wroclaw una de las ciudades polacas más visitadas, tanto por
los propios nativos como por turistas extranjeros.
Conocida
como la Venecia polaca, la ciudad cuenta con una atractiva localización, apenas
a 180 kilómetros de Praga y 150 de Dresden, su estratégica posición la hizo ser
deseada por todos. Bañada por el río Odra, es una ciudad asentada sobre 12 islas
unidas entre sí por 112 puentes.
Wroclaw no
es tan solo una cara bonita, también es la cuarta ciudad más grande del país, el
principal centro industrial, comercial y educativo de la región y un ajetreado
foco cultural, con numerosos teatros, varios festivales importantes, una animada
vida nocturna y una nutrida comunidad estudiantil. Casi toda la actividad del
suroeste polaco empieza, termina o transcurre en esta dinámica urbe.
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